Los registros de miel de abeja en la historia son difíciles de localizar, pero es seguro que se encuentra entre las primeras pruebas documentadas descubiertas. Pinturas rupestres en España desde el 7000 a.C. muestra los primeros registros de apicultura, ¡pero las abejas melíferas fosilizadas datan de hace unos 150 millones de años! Sus propiedades «mágicas» y su versatilidad le han dado a la miel un papel importante en la historia.
La evidencia más temprana de un colmenar se encontró en el templo del sol levantado en 2400 a.C. cerca de El Cairo. La abeja aparece con frecuencia en los jeroglíficos egipcios y, siendo la favorita de los faraones, a menudo simbolizaba la realeza.
Los antiguos egipcios usaban la miel como edulcorante, como regalo a sus dioses e incluso como ingrediente para embalsamar. Los egipcios horneaban pasteles de miel y los usaban como ofrenda para apaciguar a los dioses. Los griegos también hacían pasteles de miel y los ofrecían a los dioses.
Los griegos vieron la miel no solo como un alimento importante sino también como una medicina para la curación. Los libros de recetas griegas estaban llenos de dulces y pasteles hechos con miel. Los quesos se mezclaban con miel para hacer pasteles de queso, descritos por Eurípides en el siglo V a.C. como «mejor sumergidos en la rica miel de las abejas doradas».
Los romanos también usaban la miel como regalo para los dioses y la usaban mucho en la cocina. La apicultura floreció en todo el Imperio Romano.
Con el cristianismo, la producción de miel y cera de abejas aumentó considerablemente para satisfacer la demanda de velas para las iglesias.
La miel siguió teniendo una gran importancia en Europa hasta el Renacimiento, cuando la llegada del azúcar supuso el uso de la miel de abeja en menor escala.
Debido a que se consideraba que las abejas tenían poderes especiales, a menudo se usaban como emblemas:
- El Papa Urbano VIII usó la abeja como su emblema.
La abeja fue el signo del emperador de Egipto durante la Primera Dinastía (3200 a.C.).
En el siglo III aC, la abeja era el emblema utilizado en las monedas de la ciudad griega de Éfeso.
La abeja era un símbolo de la diosa Artemisa.
La abeja era el emblema de Eros/Cupido